Acta Constitutiva
Introduce un texto aquí...
Enero 2023.
En la actualidad, los procesos de lo que llamamos educación se han estructurado hasta alcanzar la forma de lo que hoy conocemos como instituciones educativas, de las que a su vez han derivado programas mediante los cuales se asigna una condición de reconocimiento a quienes hayan atravesado satisfactoriamente dicho programa, expidiendo un documento por medio del cual se le reconoce como alguien capacitado en el ámbito.
A su vez el proceso de formalización de la institución a derivado de las condiciones sociales y civilizatorias de las que forma parte, incorporándose al ámbito que hegemoniza la mayoría de las actividades humanas en la actualidad, ese que conocemos como mercado, en las dinámicas de la oferta y la demanda, convirtiéndose así la actividad misma de la transmisión de conocimientos en una oferta y con ello en un producto en sí mismo. Una vez que la formalización de la educación ha quedado atrapada en el esquema de producto, consideramos, a dejado, intrínsecamente, de lado, el objetivo de transmitir aquello que enseña y pasado a dejarlo en segundo término, para darle lugar y primacía a la necesidad de posicionarlo frente a la demanda, de atrapar la demanda de aquello que se oferta, lo cual modifica necesariamente su enfoque, su visión y con ello su misión, alienándolo a las condiciones del mercado.
Este modelo que a resultado ser "suficiente" en muchos otros ámbitos, es necesariamente ajeno a lo que aquí llamaremos la "transmisión posible del psicoanálisis".
La necesidad de eficiencia de las dinámicas del mercado, estimula que en la educación formalizada, los paradigmas del aprendizaje sean cada vez más específicos y estandarizados, lo que proporciona a los estudiantes los conocimientos necesarios para cumplir con tareas específicas demandadas por el mercado y a su vez permiten procesos de calificación y aprobación más eficientes, lo que mejora su rentabilidad, generando en resumen, un saber necesario y especifico.
Por otro lado completamente alejado de todo esto, lo que está en el núcleo de una "transmisión posible del psicoanálisis", es la incorporación de una noción sobre la más profunda sensibilidad en el otro, quedando la teoría dura, del saber especifico supeditada a esta, y estando precisamente esta dirigida específicamente a generar las condiciones para que se construya esa noción de sensibilidad de sí mismo en ese otro, analizante, ya que, es la construcción de una noción de profunda sensibilidad en el otro, lo que representa el trabajo en sí mismo, y no ningún otra cosa.
Esto, que pudiera parecer una simple diferenciación superficial de orden resulta ser determinante puesto que la especificidad de la formalización es absolutamente contraria a una noción de sensibilidad. Esto debido a que, mientras la especificidad de la formalización invoca un saber especifico funcional, el psicoanálisis debería invocar una verdad propia de ese otro que para nada es especifica con respecto a nada más que para ese otro. Lo cual nos obliga a pensar la "transmisión posible del Psicoanálisis" desde otro lado.
Considerando que la necesidad de especificidad es propia de las dinámicas del mercado y que, en general es el principal factor que aliena los esfuerzos de transmisión de conocimiento y que por lo tanto, en el ámbito del Psicoanálisis, esto dejaría de lado completamente el desarrollo y construcción de una noción de profunda sensibilidad en el otro, haciendo que su incorporación quede esencialmente perdida como objetivo, hemos decidido, quienes suscribimos este texto, retirar casi en su totalidad las nociones de especificidad en nuestro esfuerzo particular por llevar a cabo la "transmisión posible del psicoanálisis" y sustituirla por un reconocimiento societario entre quienes compartimos una visión clínica, teórica, ética, moral y científica sobre la práctica del psicoanálisis.
Lo que deriva en la propuesta de un programa de formación y reconocimiento, sostenido sobre la participación activa societaria que prescinde en la medida de lo posible de tiempos y documentos específicos susceptibles de ser objetivados y que por lo tanto, nos procure de mantener nuestro objetivo primordial en la "transmisión posible del psicoanálisis" como único fin; esfuerzo que queda condensado en el siguiente programa:
Y que a su vez, en la búsqueda de su cumplimiento de la mejor manera posible, determinamos los siguientes Estatutos para la Escuela Freudiana de Monterrey: